EL ANTES DE LA CRUZ Y EL DESPUÉS
- Dr. Rey Estrada
- 26 oct
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Actualizado: 20 nov
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es (Juan 3:6). La carne es nacimiento en Adán. El espíritu es nacimiento en Cristo.
¿Qué divide la carne del espíritu? La Cruz de Cristo. Hay dos clases de cruces: la cruz del madero dónde los judíos/romanos colgaron el cuerpo de Cristo y la cruz del cuerpo dónde Dios colgó el pecado de la raza adánica. La Cruz de Cristo es el eje que al girar muestra las dos caras de la cruz: la cara del pasado y la cara del presente. Revela el antes y el después.
En el antes de la cruz, todos mueren en Adán y en el después de la cruz todos viven en Cristo. La carne es el nacimiento natural y el espíritu es el nacimiento espiritual. El antes de la cruz fue el mundo del viejo hombre. El después de la cruz es el nuevo hombre. El nacimiento del ante de la cruz es producido por voluntad de varón. El nacimiento después de la cruz es producido por la voluntad de Dios.
¿Cómo puede un hombre nacer de nuevo siendo viejo? Preguntó Nicodemo. La respuesta fue naciendo del agua que no es bautismo es palabra “Vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado” y por el Espíritu que refuerza a la palabra ya que la espada del Espíritu es la palabra. La palabra de Cristo es la única que puede hacer una renaturalización, regeneración y/o nacimiento de nuevo.
El antes y el después de la cruz no es solo una división cronológica en la historia nuestra, sino una bisagra espiritual que reconfigura la relación entre Dios y la humanidad, entre lo viejo y lo nuevo, entre la ley y la gracia, entre el ego y el espíritu.
La cruz fue el velo del templo. Cuando Cristo murió el velo del templo se rasgó de arriba abajo. La cruz del velo fue el símbolo de la separación del antes y del después. Estabas detrás del velo (cruz) separado de Dios por el pecado y en Cristo estas unido a Dios por su justicia. En el antes el hombre vive en sombra y en el después vive en luz.
Después de la cruz viene el nacimiento en el Reino “libre de la potestad de las tinieblas y trasladado al Reino” (Colosenses 1:13). Antes de la cruz era maldición de la ley. Después de la cruz es atmósfera de gracia. Identidad restaurada. Antes esclavo y después hijo de Dios.
El velo se rasgó por ti para que tengas acceso absoluto al Padre. En antes muerte y en el después la vida. En el antes sin presencia y en el después en y con la presencia de Dios. En el antes pecador y en el después justo o justificado. En el antes condenado y en el después salvo por gracia. En el antes bajo ira y en el después de la cruz gloria. en la antes vieja creación y en la después nueva criatura. E el antes vil e impío y en el después pío y santo.
¿Qué aprendemos de esto? Que en el antes y en la carne se nace una sola vez físicamente; pero se muere dos veces si no cruzas el velo. Serías un humano naciendo una sola vez, pero muriendo dos veces: la muerte espiritual y la muerte eterna sin Cristo.
Después de la cruz, los que cruzamos el velo al entrar en Cristo, nacemos una sola vez y somos salvos dos veces: salvo del pecado y salvo de la ira.
Cuando Cristo murió resucitó al III Día. Después de la cruz, los que somos de Cristo, somos del III Día. Los que no cruzan el velo, no tendrán ningún día de vida, de resurrección e inmortalidad.
El que no resucita, muere dos veces. El que cruza el velo nace una sola vez y vive dos veces: vive en vida la vida de Cristo y vive la seguridad de la vida eterna.
La pregunta es ¿De cuál lado estás de la cruz? ¿En el antes es Adán? ¿En el después es Cristo? La cruz rasgó el velo y tienes ante tus ojos la puerta abierta, el acceso permitido. Tus pies se quedan atrás o avanzan hacia adelante. Tú decides cuando Dios produce en ti el querer caminar para cruzar el velo. Detrás del velo hay muerte. Después del velo hay vida eterna.
*Este documento pertenece a Somos Reino Internacional del Ministerio Mentor Dr. Rey Estrada. Escritor. Teólogo. Mentor del Reino. psicólogo. Puede usarse si copia y pega sin alterar el contenido ni quitar ni agregar. El Autor es el único responsable de presentar defensa de su escrito. Derecho Reservado.
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