LLAMADOS A SER DE CRISTO

Romanos 1:6 Entre los cuáles estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo.

“Entre cuales” pertenece a la predestinación y significa que, Dios entre muchos, él no te aisló, te incluyó a pertenecer a los que viven bajo el señorío de Cristo. No eres un excluido sino un incluido y escogido por Dios en Cristo.

Eres un llamado de Dios: No llegaste a Cristo por un accidente sino por un propósito. Llamado es del griego “Kletoi” que significa “Un invitado” por Dios de una manera personal. Fuiste convocado por el altísimo con un propósito. Seleccionado para una misión. No busques lo que ya tienes. No dudes de lo que ya eres. Tu venir a Yahshúa no fue una casualidad fue una intencionalidad divina.

“A ser de Jesucristo” en el hebreo es a ser de Yahshúa Hamashiahj. Yah viene de la raíz Y del YHVH que es Yod que en hebreo es “Sabiduría” por eso, en 1 Corintios 1:24 “Cristo es sabiduría de Dios”. Yod representa la unidad y la singularidad de Dios.

Cuando te pones de pie y abres los dos brazos haces la YOD de Dios, porque su dibujo es un brazo que indica poder de autoridad, por eso, en Mateo 28:18 Yahshúa recibió toda autoridad y potestad en el cielo y en la tierra para ordenar y reorganizar al cielo con la tierra.

El pictograma de la Yod es una mano que indica acción de hacer o de crear. Es una mano abierta y extendida diseñada para tomar, recibir, agarrar, asegurar, escoger, trabajar y sostener cosas, por eso, en 2 Corintios 9:10 Dios da semilla al que siembra. En la Yod de la Y de Yahshúa llevas la mano que siembra en la obra del Reino.

La Yod es la mano que abre la puerta o los portales espirituales. Es la mano que mueve. La mano Yod se mueve de acuerdo con el carácter, moral, actitudes, valores, intenciones de la persona que mueve la mano Yod. Por ejemplo: Casi siempre existe una (mano) de antítesis positiva frente a una (mano) negativa para cada letra y palabra de la Biblia.

La Biblia es un libro de opciones “Binarias), lo que significa que siempre hay una mano izquierda contra derecha, la mano del bien contra mal, la mano de lo correcto contra incorrecto, la mano del amigo contra enemigo, la mano de la verdad contra mentira. Las Buenas manos – Manos que trabajan para o con el Bien como en Efesios 4.28 y las Manos Malignas – Manos que trabajan para el mal contra Dios como en Deuteronomio 31:29.

La Yod es la chispa de Dios puesta sobre todas las cosas del universo, del hombre y de la vida. Esa chispa es el potencial ilimitado del cosmos. La Yod simboliza la conexión entre el creador y la criatura y su dibujo es un -punto de conexión” donde la punta apunta hacia arriba y apunta hacia abajo, por eso, en 1 Timoteo 2:5 Yahshúa es el mediador entre Dios y los hombres. La Yod es la “Huella” de lo divino en lo humano a través de la Yod.  

El valor numérico de la Yod es el “Diez” y Diez son las sefirot del árbol de la vida. La Yod como la décima letra del alfabeto hebreo significa “Culminación, Plenitud, Completitud”, por eso, en Colosenses 2:10 estamos completos en Cristo.

En la primera Y de Yahshúa al Mesías como la sabiduría, la conexión, la huella de Dios, lo ilimitado, la plenitud de Dios, por eso, en Colosenses 1:9 Cristo es toda la Plenitud de la Deidad. La Yod también se asocia con el concepto de “Humildad” por eso, en Filipenses 2:5-7 Yahshúa fue humilde y obediente hasta la muerte y muerte de Cruz.

La Yod es de Yah y “Haleluyah” es “Aleluya” que significa “Voz de júbilo al Eterno”, por eso, Yahshúa vino de la tribu de Juda que es alabanza.

De Yahshúa viene la Yod en sus significados pero contiene “Shúa” que es “Grito de salvación” y se refiere a une esclavo que grita por liberación, como lo hizo Israel en sus 4 generaciones estando esclavo bajo Faraón de Egipto y Dios puso el “Shúa” en Moisés y los liberó de Egipto, por eso, en Romanos 10:10 dice que con la boca de confiesa para salvación y todo aquel que invocare el nombre de Yahshúa, será salvo, V:13.

Todo milagro, poder, unción, salvación, reino y vida eterna, Dios lo puso en Yahshúa. El ángel le dijo a José/María en Mateo 1:21 y le pondrás por nombre Yahshúa porque él salvará a Su pueblo (Israel) de sus pecados. Cuando los magos o astrónomos llegaron a la presencia del niño Yahshúa vieron en él al Rey de Israel.

Efesios 1:4 dice que Dios te escogió en Yahshúa antes de la fundación del mundo. En el pensamiento de Dios, existimos primero que el mundo. Luego nos formó físicamente y nos puso en el mundo como señores. Antes que tú nacieras de papá y mamá en el país de tu nacimiento, Dios te había conocido y por eso, Romanos 8:29 dice que a los que antes conoció, los predestinó, llamó, justificó y glorificó. Fíjate el tiempo pretérito que estas cinco cadenas terminan en tiempo pasado referido a la eternidad pasada en el cielo. Tú naciste en el cielo. Naciste en la mente y en el corazón de Dios, pero te escogió en Yahshúa o en Su Hijo.

Cuando Dios te mira, solo pone su ojo en Su Hijo y el que está en el Hijo está seguro. Un seleccionamiento o escogencia procede de elección de entre otros o de entre tantos o muchos. Esto nos enseña que hay muchos que son llamados y pocos los escogidos.

Dios te escogió en Yahshúa. Tu viniste del cielo a la tierra en Cristo. Ya estaba diseñado por Dios que escucharías de él en el momento preciso y a la edad que fuera. Naciste en Cristo y para Cristo. Tu identidad espiritual nace en la ciudadanía del Reino (Cielo). No nace en tu historia pecaminoso. Nace en la eternidad pasada.

¿Para qué te escogió Dios en Cristo? Para ser conforme al carácter santo de Cristo. Romanos 8:29 predestinado para ser conforme a la imagen de Cristo. El primer propósito de haber sido escogido es para salvación y el segundo es para transformación. Cuando uno entra en Cristo, no entra como un (perfecto moral) sino como un discípulo para la conformación del carácter de Cristo, es decir, parecernos en el carácter de la obediencia, del amor, de la justicia y de la santidad de él.

Tú salvación no fue una casualidad, fue un plan diseñado por el Eterno contigo desde el cielo. El objetivo en todo el recorrido de tu vida es parecerte a Cristo en todo. Cristo es el primogénito entre muchos hermanos, siendo Cristo el primogénito del carácter y nosotros hermanos de ese carácter santo de Cristo.

Tú vienes del cielo escogido, predestinado, marcado y/o sellado con el Espíritu Santo, porque en Romanos 8:9 “Si alguno no tiene el espíritu de Cristo, no es de él”.

En Efesios 1:10 el plan de Dios fue reunir el cielo y la tierra en Cristo. Reunir es “Unificar”. Cristo no vino a reunirnos en una Iglesia o Religión. Cristo vino a reunirnos en él mismo. Cristo es el centro de toda la creación. Cristo es el punto de convergencia de todo lo que existe. En Cristo están reunidos todos los escogidos, sellados y predestinados a eternidad.

Tú y Yo en Cristo somos el Reino. Dios colocó todo el Reino en una sola cabeza que es Cristo. Tu cabeza no es el papa, el obispo, el apóstol, el profeta o el pastor, es Cristo, porque él es el Todo de Colosenses 3:11 y en Todos. Si todos los escogidos están en el mismo Cristo porque hay tanta separación, desunión, división, eso no tiene lógica ni razón. Todas las hojas sueltas Dios la es encuadernado en Cristo.

Cristo no vino tan solo a salvar sino a reorganizar el universo, a la sociedad y a la familia. Cristo es el centro, por ende, somos Cristo céntricos y Cristo Reino.

En Colosenses 3:11 ya no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre; sino que Cristo es el todo y en todos, ¿Qué significa? Que Cristo representa la abolición de las divisiones étnicas y religiosas. En el contexto judío, los griegos eran considerados gentiles, ajenos al pacto. Pablo afirma que, en Cristo, esa distinción ya no tiene peso. En Cristo ninguna práctica religiosa externas vale nada. La circuncisión era señal del pacto judío, pero en Cristo lo relevante es la transformación interior, no los rituales externos ni ceremonias.

En Cristo no hay bárbaro ni escita. El bárbaro no hablaba griego. El escita era la gente más inculta que había. Cristo incluye a todos los marginados. En Cristo el siervo ni el libre se unen, porque Cristo rompe las barreras sociales y económicas. El estatus no define el valor. Todos tienen igual dignidad y acceso a Cristo. En Cristo todo está en el Todo y el Todo lo abarca todo. Nadie está por fuera. Cristo es en todos porque es la esencia que unió y une, transformó y transforma. Cristo es personal y colectivo.

En Romanos 1:16 fuiste llamado a ser de Cristo. No de un Vida o de un Mahoma. Ninguno hizo sacrificio perfecto. Nadie hizo la cruz de la redención. Tú fuiste llamado por tu nombre. No te llamó en masa, te hizo un llamado particular. Tú pertenece a la gran familia de Cristo. Eres Uno con Cristo hasta morir. Dios en Cristo te mira como Su propiedad.

A todos los escogidos en Cristo, les vino el Reino de Mateo 6:10 “Venga tu Reino”. Cuando Cristo bajó del cielo bajó el Reino, porque dónde está el Rey está el Reino. El Reino lo puso como gobierno en tu espíritu. Apocalipsis 5:10 dice que nos hicieron Reyes. Dios te otorgó dignidad e identidad. Rey es una influencia. Eres una autoridad de Dios en la ciudad y en la tierra. Rey es un eterno presente.

Eres una Reina y/o Rey del Reino. No eres un Rey de un sistema o iglesia o religión. La iglesia no es el Reino. La iglesia es una institución humana fundada por la iglesia católica y la iglesia protestante, dónde cada una de estas instituciones tradicionales ordena y manda a sacerdotes y pastores a fundar iglesias para su sistema.

Tú no naciste católico ni evangélico. Tu naciste en Cristo y para Cristo. Tú espíritu no pertenece a la institución, pertenece al Reino de Dios. Que venga el Reino a tu ciudad por medio de tu reinado. Tú eres el embajador del Reino en tu ciudad. ¿Estas haciendo Reino?

En Juan 18:36 Cristo le dijo a Pilato “Mi Reino no es de este mundo” porque la naturaleza del Reino es netamente espiritual. El Reino está en tu ciudad, pero no es Reino de esa ciudad. El Reino quiere hacer gobierno en el espíritu de la gente en tu ciudad. Cuando el Reino entra poner a Reinar a ese espíritu en vida y en libertad.

En Gálatas 2:20 Pablo dijo “Ya no vivo Yo, más Cristo vive en mí”. Cristo en mi es Su presencia interior. El no vivo Yo es una muerte espiritual al dominio del Ego sobre el corazón del hombre de Cristo.

Cuando Cristo murió juntamente murió el viejo hombre. No es que debe morir es que ya fue crucificado “Nuestro viejo hombre fue crucificado” Romanos 6:6. El viejo hombre es la naturaleza de la carne. No significa que el “Cuerpo desaparezca” sino el espíritu del viejo hombre ya no domina.

En Cristo no opera el viejo hombre, opera el espíritu de Cristo. En Cristo el Ego está crucificado. No es que se perdió tu humanidad, sino que vino la divinidad y la desplazó de su dominio. Ya no domina el Yo independiente. La Cruz te reemplazó. Dios ha hecho un intercambio de vidas: Cristo por el Yo. El espíritu por la carne. El nuevo hombre por el viejo. Tu vida natural por tu vida espiritual.

Cristo no es un modelo para imitar, es un Cristo ha manifestar. Lo que surja de la carne, ya tiene quién la controle. Deja que Cristo fluya de adentro hacia afuera. No vivas en tu humanidad, vive en tu divinidad. Que lo divino gobierne.

Ya no vivo Yo para: pelear, dividir, contender, sacudir, amargar, afectar, dañar o destruir. Ya no vivo Yo para ser pobre, mendigo, marginado, infeliz, depresivo ni enfermo. Yo decido vivir Cristo: expresándose a través mío, desde mi espíritu. Yo soy Cristo en funciones de amor. Cuando amo soy Cristo amando. Soy Cristo predicando. Soy Cristo actuando en poder y sabiduría. Llamados a ser de Cristo. Cristo vive en mi.

*este documento pertenece a Somos Reino internacional del ministerio Dr. Rey estrada. Prohibida la copia electrónica a menos que usted copie y pegue respetando la esencia y contenido sin añadir ni quitar, ya que el único responsable de presentar defensa del documento es el autor a quién se le consulta. Email:

reyestrada26@gmail.com

www.somosreino.com